Pregorexia

El término pregorexia define un trastorno de la alimentación similar a la anorexia, pero que se presenta durante el embarazo, siendo por tanto doblemente peligroso.

Las mujeres que lo padecen sienten rechazo a los cambios corporales que experimentan a lo largo de la gestación, particularmente al aumento de peso, por lo que tratan de evitarlo reduciendo al máximo su ingesta, realizando ejercicio físico excesivo e incluso en los casos más severos provocándose el vómito.

En algunos casos puede tratarse de mujeres que ya padecen anorexia, normalmente en las primeras etapas, puesto que en casos avanzados y graves este trastorno causa amenorrea y consecuentemente infertilidad.

También pueden ser mujeres que han padecido anorexia con anterioridad, pero que no han llegado a recuperarse totalmente a nivel psicológico, por lo que cualquier cambio corporal puede volver a desencadenar ansiedad y conflictos en relación a su imagen.

Por último, este problema puede afectar igualmente a mujeres excesivamente perfeccionistas, preocupadas por su peso y con problemas de autoestima e imagen corporal, que si bien no han llegado a desarrollar anorexia previamente, sí pueden sufrirla ante los abruptos cambios de su cuerpo durante el embarazo.

Aparte de las características personales previamente descritas, existen otros factores que predisponen a padecer este problema.

Por un lado la influencia social y cultural, tan ampliamente analizada como causa de los problemas de anorexia e imagen corporal. Los patrones de belleza corporal y las modas estéticas también imponen sus cánones en el terreno de la maternidad. Entre los mensajes mediáticos sobre famosas embarazadas es frecuente escuchar o leer frases que hacen referencia a la “espléndida” figura que mantienen durante el embarazo y la rapidez con la que recuperan su cuerpo tras el parto.

Del mismo modo, en nuestro días la delgadez suele asociarse a salud, e incluso se recomienda a las embarazadas no coger mucho peso. Obviamente se trata de evitar casos extremos de sobrepeso y la delgadez saludable es aquella que se mantiene con una alimentación equilibrada y de manera natural. No obstante, estos mensajes que relacionan el no engordar con la salud pueden malinterpretarse o llevarse al extremo y usarse para justificar ciertas conductas que, lejos de ser saludables, ponen en serio riesgo el organismo.

En el caso de la pregorexia las consecuencias afectan tanto a la salud de la madre como a la del bebé.

La reducción en la ingesta dará lugar a carencias severas en la madre en primer lugar, las cuales generan problemas hormonales, anemia, descalcificación, baja producción de leche materna, etc.

El bebé también sufrirá las consecuencias de la malnutrición de la madre, siempre en función de la gravedad del caso y del periodo de gestación en el que se produzca la mayor desnutrición. Si la madre reduce la ingesta muy por debajo de lo necesario durante el primer trimestre el desarrollo del sistema nerviosos del feto puede verse alterado y surgir malformaciones.

Si la mayor desnutrición aparece durante el segundo y tercer trimestre las consecuencias pueden ser: reducción del líquido amniótico, retraso del crecimiento intrauterino, malformaciones óseas, problemas en el sistema cardiovascular y digestivo e incluso parálisis cerebral y muerte fetal intrauterina.

Del mismo modo, los hijos de madres pregorexicas parecen tener una mayor predisposición a desarrollar obesidad.

Por otro lado, las consecuencias psicológicas de este trastorno pueden alterar notablemente el vínculo materno-filial, impidiendo que se establezca un apego seguro lo cual afectará al desarrollo emocional del bebé y predispondrá a la madre a sufrir depresión post parto.

Los especialistas recomiendan a los familiares estar muy atentos a posibles señales de alerta tales como la reducción de la ingesta, el ejercicio físico excesivo, la tristeza y falta de ilusión ante el embarazo y la no aceptación de los cambios en su cuerpo como, por ejemplo, mirarse al espejo con malestar y querer disimular al máximo los cambios corporales con la ropa. Ante señales de este tipo es importante una intervención multidisciplinar y tratar el problema lo antes posible.

 

 


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Un comentario sobre “Pregorexia”

  1. yo antes solía provocarme vomitos, desde los 13 años que hago dietas muy estrictas y me purgaba lo que comía, ahora a los 29 justo cuándo había llegado casi a mi «objetivo» en mi peso, me quedé embarazada… y de preonto subí muchisimo de peso, me descuidé y ahora a los 6 meses y medio de embarazo ya he subido 15 kilos… me encuentro fatal, tengo una tristeza enorme, no quiero salir a la calle y se me pasa por la cabeza el voolver a los vómitos, de todas maneras me pondré a dieta, sé que he engordado demasiado para esta fecha, pero aún así tengo miedo de que le afecte al bebé…

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